viernes, 13 de diciembre de 2013

Vanity

Borré el mensaje que había escrito y desganadamente dejé que todo el peso de mi cuerpo se desmoronase sobre la cama. Mire al techo por unos instantes y luego volví a posar mi mirada en la pantalla en blanco de mi celular. Intenté escribirlo una vez pero insatisfecha arrojé el aparato al piso. Ahora en su pantalla brillaban las palabras: "¿Quieres charlar un rato?"
"Que difícil es trazar la distancia entre las personas." dicho pensamiento cruzó por mi cabeza y otras ideas comenzaron a brotar: "Nunca puedo estar segura de lo que demasiado lejos o demasiado cerca. Nunca se cuando hablar o cuando callar. Siempre terminó poniéndome nerviosa y odiándome a mi misma con miedo que los demás también me odien. Con miedo a que los demás crean que soy un incordio. Con miedo a que los demás no entiendan cuanto los apreció."
Hundí mi cara en la almohada y dejé escapar un largo suspiro. Quería hablar con alguien, no importaba de que. Respiré hondo e intenté poner en orden toda esa maraña de sentimientos confusos y sin pensarlo demasiado comencé a tararear una melodía: "Aferrándonos al cariño de alguna forma aprendemos a vivir."
Lentamente me puse de pie y recogí mi celular. Leí una vez más las letras que mostraba su pantalla y guarde el mensaje en borrador. ¿Cuántos mensajes ya había en esa carpeta? Con cierta frustración, volví a tirar el aparato al suelo.
A continuación me senté en mi computadora y abrí un notepad.

2 comentarios:

  1. ...y asi esta entrada nacio?
    Interesante...un sentimiento que te hace sentir tan incomodo u.u

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    1. Mas o menos..en la realidad nunca llegué a escribir ningún mensaje en ningún momento.
      Y bueno, así son las relaciones humanas..

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