La historia que hoy voy a contar, no es una historia ni nada parecido. Es que simplemente, quiero poner en palabras, quiero dar a conocer este encuentro predestinado con el cual la suerte me doto.
Su nombre es Zero. Que si bien no parece no parece un nombre el cero, es el comienzo de todo. Es donde todo empieza. Y apartir de esa noche, nada volvio a ser igual. Aunque no fui yo la que cambio. Si no mi manera de entender el mundo.
De un caracter arrogante, una personalidad horrible, sin consideracion hacia los demas. Normalmente, creeria que se trata de una mala persona. Pero abandonado por el mundo, sin creer en nada ni en nadie, no conosco persona mas pura y amable que él.
Sus profundos ojos rojos. Duros. Oscuros. Perdidos. Miran un futuro lejano, mas halla del horizonte. Mientras esconden un dolor infinito, de todas las almas a las que han visto sufrir y no han podido salvar.
Su espalda fria nunca se voltea hacia atras.
La noche en que lo conoci, no podia dejar de observarla, sentada en el humedo pasto.
Su corto pelo, plateado y lacio, iluminado por la maravillosa luz de la luna irradia un brillo magico.
Una escena llena de cosas sensillas. Que sin embargo desprendia un aire extraño. Algo nuevo y a la vez contidiano.
Y sin decir nada, dio a entender con un sonrisa fanfarrona que no había nada que temer.
Un gesto sutil que entredejo ver un desdejo de soledad se dibujo con calidez en su rosto.
Y al comprender esas palabras q no fueron dichas, suspire aliviada.
¿Quien podria creer, que un simple encuentro podria cambiar tanto a una persona?
El viento susurraba una melodia desconocida, que abrian las puertas al futuro. En ella su larga capa baila al compaz de sus agiles movimientos. Que en menos de un segundo derrotaron a todos sus enemigos.
Atonita miraba la magestuosidad con la que movia esas negras y filosas dagas.
Zero -The Savior- su figura quedo graba en mis ojos.
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